Dentro del sector veterinario, una unidad claramente diferenciada y en crecimiento es la que va dirigida al caballo de deporte. En ella, uno de los procedimientos más habituales es el de la compra de caballos orientados a la competición, proceso que puede llegar a ser complicado si no se es consciente de los factores a tener en cuenta antes de la compra. A veces podemos encontrar caballos que presentan lesiones ocultas o que pasaron desapercibidas en el momento de prueba y selección, y que pueden dificultar que el animal desarrolle con normalidad su rutina de entrenamientos y/o competiciones en la disciplina hípica para la que fue adquirido.
En este artículo explicaremos en detalle de qué trata el examen precompra y la importancia de detectar aquellos traumas que puedan surgir y, muchas veces, pasar inadvertidos.
¿Qué es un examen precompra?
Una vez hecha la preselección del caballo que cumpla con los requerimientos de calidad, precio, carácter, apariencia, y demás variables y factores que se consideren; existe la posibilidad de realizar un examen físico detallado antes de llevar a cabo la transacción. Para evitar un conflicto de intereses y por razones obvias, el veterinario que suele realizar esta evaluación, no es el veterinario habitual del animal sino un tercero, contratado por la parte interesada en la compra.
El experto dictaminará qué pruebas son las más concluyentes y recomendadas para el nivel de exigencia y expectativas que se tienen para con animal en el el aspecto deportivo.
De todas formas, generalmente los exámenes precompra suelen seguir un estándar preestablecido y un protocolo, de modo que los puntos a evaluar son comunes y revisan todos los sistemas del equino, variando únicamente en el nivel de profundidad y detalle.
¿Es importante realizarlo?
Es muy recomendable solicitar una examen previo por parte de un experto para poder detectar cualquier lesión o trauma que pueda padecer el equino. Además de poder contar con la comprobación de un experto para saber si el animal está o no capacitado para las funciones que se espera que desempeñe, y según los resultados, también nos puede informar sobre el nivel de riesgo que supondría la adquisición de ese caballo, según la función a la que se quiera destinar.
Asimismo, si no se llegara a detectar cualquier tipo de trauma leve existente, que a simple vista no pudiera ser percibido, la lesión del caballo podría empeorar con el paso del tiempo e incluso incapacitar al animal para su función si se ha cometido un sobreesfuerzo y expuesto al caballo a nivel mayor de actividad al que pueda soportar.
¿En qué consiste exactamente?
La evaluación básica, que contempla no solamente el aspecto general y las constantes vitales del caballo, sino también un parte importante de procedimientos de palpación y manipulación; se complementa con un examen exhaustivo de diagnóstico por imagen que comprueba su salud y estado con el fin de detectar posibles lesiones ocultas y/o antecedentes, lesiones pasadas y "debilidades o flaquezas" que el animal pueda tener. Para este método se suelen emplear, en la mayoría de casos, entre 12 y 16 radiografías, dependiendo de la opinión y criterio del veterinario encargado de la evaluación.
Igualmente, si el experto lo aconseja, se pueden realizar estudios ecográficos de tendones y ligamentos, laringoscopias, así como análisis sanguíneos para evaluar distintos parámetros, etc.
Como vemos, los exámenes precompra pueden ir de un nivel básico a uno más complejo. En cualquier caso, una vez llevada a cabo la evaluación, el propietario tomará la decisión sobre la selección y compra del caballo, teniendo un prisma y visión 360º de la transacción que se está llevando a cabo, de forma que, en el futuro, se pueda asegurar el buen funcionamiento y progreso en la rutina del caballo para poder alcanzar sus objetivos.
Evidentemente, el examen precompra no exime de poder sufrir o padecer nuevas lesiones originadas a partir de la compra del caballo en adelante.
Finalmente, ampliando sobre el tema, mostramos un vídeo sobre traumatología equina con el especialista Jordi Grau que, con 30 años de experiencia en el sector, comenta su visión de la radiología veterinaria aplicada a estos maravillosos animales.