La práctica endoscópica es un procedimiento de mínima invasión que permite al veterinario observar el estado de un órgano o cavidad corporal y obtener información relevante para definir un diagnóstico, mediante la evaluación general de un área de interés, la obtención de tejido para la evaluación histopatológica, o incluso la realización de tratamientos quirúrgico-terapéuticos.
La endoscopia es una herramienta versátil que brinda una opción no quirúrgica o mínimamente invasiva para el diagnóstico y tratamiento de una variedad de enfermedades. Facilita procedimientos más eficientes y permite una disminución del tiempo de anestesia y una recuperación más rápida del paciente.
Los endoscopios se dividen en dos grandes grupos, flexibles y rígidos. Si bien los primeros se usan a través de aberturas naturales del paciente y permiten recorrer “distancias” más largas, los segundos se utilizan principalmente realizando pequeñas incisiones que permitan acceder a diferentes lugares, aunque no exclusivamente.
La práctica endoscópica requiere una amplia capacitación; es una habilidad que puede aprenderse con el tiempo y que puede convertirse en un componente muy valioso en el día a día de un veterinario.
Endoscopia rígida VS endoscopia flexible
Escoger qué endoscopio utilizar dependerá básicamente del tipo de procedimiento a realizar. Es importante destacar que la duración del procedimiento con cualquier tipo de endoscopia, rígida o flexible, puede variar según el veterinario y su nivel de comodidad y habilidad con el equipo.
Los endoscopios rígidos son más fáciles y rápidos de aprender a usar, la instalación y configuración es menos costosa, y quizás más sencilla de mantener. La endoscopia rígida acostumbra a utilizarse con mayor frecuencia para procedimientos mínimamente invasivos, orientados principalmente a la terapéutica, como pueden ser la laparoscopia, artroscopia y toracoscopia. De cualquier forma, también puede ser utilizada en otros procedimeintos de carácter más diagnóstico como la rinoscopia, otoscopia o uretroscopia.
La principal ventaja de la endoscopia flexible es que podemos recorrer cavidades y no realizar ningún tipo de incisión al paciente. Si bien la endoscopia gastrointestinal representa el uso más común en la medicina cuando hablamos de endoscopia flexible, estos endoscopios se pueden utilizar para investigar múltiples sistemas corporales gracias en parte a la evolución de la tecnología, los nuevos equipamientos y sus actualizaciones; como podrían ser la colonoscopia, la broncoscopia, cistoscopia o rinoscopia, entre otros. Además, la endoscopia flexible también puede ser no solo diagnóstica sino también terapéutica; por ejemplo cuando se utiliza para la extracción de cuerpos extraños, extracción de cálculos o la colocación de sondas.
Ambos tipos de endoscopios son complementarios en la medicina veterinaria. Dentro de cualquier centro habrá que tener en cuenta varios aspectos técnicos específicos como por ejemplo, los diámetros, longitudes, tamaños de canal, accesorios, e instrumentación en general, para poder realizar diferentes procedimientos en los diferentes pacientes que se pueden presentar.