Después de tantos meses ya está aquí la llegada de la primavera con la que también aparecen varios peligros para la salud de nuestros amigos de cuatro patas. Es importante conocer a qué nos enfrentamos con el cambio de estación para poder disfrutar con nuestra mascota sin preocupaciones.
En este artículo hablaremos de las enfermedades y riesgos más comunes con los que podemos encontrarnos durante los meses primaverales. Además, también se mencionarán varias medidas que podemos tomar como prevención.
Antes de empezar, cabe remarcar que una algunas de las amenazas más relevantes como la Leishmaniosis o la infección de parásitos como pulgas, garrapatas y demás; ya fue detallada en uno de nuestros blogs: “Parásitos externos: Cómo proteger a nuestras mascotas”. Por consiguiente, no nos adentraremos en el tema, aunque sí es fundamental destacar la importancia de tomar las precauciones correctas.
¿CUÁLES SON LAS ENFERMEDADES O RIESGOS MÁS COMUNES?
El primer punto que trataremos son las alergias. Pese a que sus causas pueden ser muy variadas, las más habituales suelen ser el polen como principal agente, así como las picaduras de pulgas y avispas (insectos de mayor presencia en estaciones calurosas). Los síntomas son muy diversos, pero los principales son:
- Picores, sarpullidos, llagas, erupciones o irritación de la piel
- Caída excesiva de pelo
- Estornudos y tos
- Conjuntivitis y ojos lacrimosos o enrojecidos
- Vómitos y diarreas
Ante la detección de estos síntomas, es preciso acudir a un veterinario. Además, existen una serie de prevenciones que se pueden tomar para proteger a nuestro perro o gato: llevar al día las revisiones veterinarias y las vacunas pertinentes, prestar atención a la higiene después de cada paseo, mantener una buena alimentación pautada por el veterinario, etc.
Igualmente, otro riesgo a tener en cuenta son los tricobezoares. Se trata de una formación de bolas de pelo que se produce cuando los gatos se acicalan con mucha frecuencia. A veces, esta ingesta puede llegar a aumentarse con la primavera, puesto que es la época de muda de pelo. Este fenómeno suele detectarse por una reducción del consumo de comida y agua en el gato, además de un dolor en el vientre acompañado de un estado general debilitado. No obstante, para prevenir el tricobezoares, basta simplemente con una pronta detección de los síntomas mencionados, llevar a cabo una alimentación rica en fibra bruta y efectuar un cepillado regular sobre todo en esta estación del año.
Un tercer riesgo que cabe mencionar son las orugas procesionarias. Estos insectos normalmente encontrados en zona de pinos, suelen ser muy comunes entre los meses de febrero y abril. Esta plaga se considera altamente peligrosa. Los pelos urticantes que tienen a su alrededor liberan una sustancia tóxica que, si se clavan, llegan a causar irritaciones graves, inflamaciones e incluso necrosis de los tejidos; con lo que las consecuencias pueden llegar a ser bastante graves. Por ello, cuando demos un paseo debemos estar atentos y evitar el paso en zonas de riesgo. Un aspecto positivo es que son fáciles de localizar, siempre van en grupo formando una larga hilera.
Si se sospecha de un posible contacto con ellas, es de vital importancia asistir al veterinario con urgencia para realizar una inspección. Además, los casos más graves pueden derivar en la muerte de nuestra mascota.
Como veis es muy importante prestar especial atención para poder gozar de esta maravillosa época del año sin comprometer la salud de nuestro amigo de cuatro patas. Ante la sospecha de cualquiera de los síntomas tratados en este artículo, consultad con vuestro veterinario.